Tuesday, October 26, 2004

Un Par de Pensamientos

Hace ya cuatro años, (sé que parece demasiado tiempo pero en realidad para mi no lo ha sido) me vine a vivir a Estados Unidos. Si me preguntan cual fue la razón por la cual nos vinimos, no les podría responder, ya que ni siquiera yo sé la respuesta.
Antes, cuando yo oía decir a alguien que había vivido cuatro años en Estados Unidos, yo los consideraba gringos, pero para decir la verdad, hoy me considero más colombiana que nunca.
Espero todas las vacaciones para poder ir a Bogotá y encontrarme con todo lo que dejé, mi casa, mis amigos y mi familia. Es obvio que las cosas y la gente han cambiado, pero gracias a tecnologías como el teléfono o el práctico MSN Messenger tengo comunicación constante con aquellos que se encuentran a miles de kilómetros de distancia, o tres horas de vuelo.
La razón por la cual empecé a escribir esto en medio de mi clase de Física, es porque mi estado de ánimo se acaba de desvanecer. Sucede muchas veces pero hoy decidí expresarme. Hay cosas que me desaniman demasiado, como mirar los anuarios de cuando estaba en el Colegio Buckingham, en el cual pase siete años de mi vida, o sucede lo mismo cuando acceso la página de Internet del colegio. Hoy, en mi desocupe en clase pude ver las fotos y hasta leer las circulares del colegio.
Me fui del colegio hace rato, pero todavía me acuerdo de todo como si fuera ayer. Hace ese tiempo que no he vuelto a ir al colegio pero me imagino, y me cuentan, que la mayoría de cosas siguen igual.
Puede sonar ilógico, o estúpido pero hoy daría lo que fuera para poder ponerme el blazer del colegio, con la corbata y la falda. Estoy segura que todos aquellos que estén leyendo esto deben creer que estoy loca ya que deben detestar el uniforme, pero solo después de perder esa clase de detalles es que uno se da cuenta de su propósito. Cualquiera que vea mi uniforme de hoy se dará cuenta de que es demasiado simple, y ni siquiera es uniforme ya que hay demasiadas opciones para escoger.
También echo de menos los recreos. Puede sonar inverosímil pero hace cuatro años que no tengo recreo. Los gringos no saben lo que es el recreo (ni pensar que la única razón que me motivaba para ir al colegio era para poder compartir tiempo con mis amigas en ese tiempo libre que nos daban). Me acuerdo que cada vez que alguna de nosotras cumplía años, pasábamos toda la mañana gastando papel y usando el abre huecos para reunir ‘confeti’ el cual le echábamos encima a la cumplimentada en las montañitas detrás de la cancha de fútbol.
Ni hablar de la ‘tienda del colegio’. Siempre pedíamos que nos dejaran salir cinco minutos antes del recreo para poder ser el primero de la fila. Lo mejor de la tienda no eran las empanadas, ni las donuts, o la pizza, sino el hecho de que a medida que pasaban los años, entre mas ‘grande’ fuera uno, mas le fiaban y mas rápido lo atendían a uno. Hoy, daría lo que fuera por poder tener un recreo.
Desde que entré al colegio, admiraba y me sabía el nombre de todas aquellas personas que estaban en cursos mas arriba. Alcance a ver siete promociones graduarse. Siempre veía a los de bachillerato como los ‘grandes’ del colegio. Los de once, eran demasiado ‘plays’ y uno siempre querría ser como ellos. Para mi alguien ‘grande’ era cualquiera que estuviera en octavo o más. Creía que ser ‘grande’ era lo mejor y que la vida era diferente. Hoy estoy en décimo (en EE.UU. estoy en Once) y no me considero ‘grande’, es más, son muy pocas las cosas que han cambiado. Pensé que cuando estuviera en esta etapa sería diferente. Falso. Hoy, daría lo que fuera por poder devolver el tiempo y disfrutar mas los días que pase en ese colegio.
Toda la vida pensé que yo iba a pasar los trece años, (ya que yo solo empecé en Kinder) de colegio en el Buckingham, por cariño le voy a decir Bucki. Pensé que yo iba a ser testigo de las partidas de todos aquellos que no lograrían graduarse con nuestra promoción. En mi vida pensé que yo iba a ser parte de los que no estarían en ese transcurso de tiempo. Sólo me queda el recuerdo de esa gente, de esas memorias, de esas clases, de esos profesores, de esas experiencias. Hoy, daría lo que fuera por poder estar en el Bucki con los amigos de mi promoción, y daría lo que fuera por no estar en la lista de aquellos que no recorrieron el camino con ellos.
Me acuerdo que esperaba todo el bimestre para tener la Izada de Bandera, no solo porque generalmente izaba la bandera, sino porque ‘capábamos’ clase. Ese Himno Nacional, el Juramento a la Bandera, el Himno de Bogotá, y el Himno del colegio me emocionan, me producen sentimientos de alegría (creo que son pocos los que sienten lo mismo). Las jornadas culturales que teníamos, los concursos de música, y las novenas de diciembre por las mañanas. Todo eso desapareció de mi vida hace cuatro años. Hoy, daría lo que fuera por poder estar en una Izada de Bandera, en una novena o en una jornada cultural.




Mientras estudie en el Bucki siempre me quejé por el almuerzo. Que es demasiado feo, que no sabe rico, que la carne tiene gordo, que el jugo de guayaba sabe horrible, que el pollo es muy grasoso. Muchas veces estuve en contra, pero si se compara con el almuerzo de mi colegio de aquí, el del Bucki resulta ser un banquete delicioso. Sin contar con el postre que nos daban todos los días así fuera un miserable barrilete o un paquete de frunas.
Aquí es lo típico, pizza, hamburguesa, alitas de pollo y nuggets y siempre es lo mismo cada semana. El menú no varía. Hoy, daría lo que fuera por poder tener esa comida tan deliciosa que me daban, no solo era nutritiva, sino balanceada.
Uno de los eventos mas significativos e importantes para mi era el Día del Amor y la Amistad. Me acuerdo que con mis amigas jugábamos al ‘amigo secreto’ y en el colegio se repartían ‘carnations’. Me duele saber que nunca tuve la oportunidad de dar ni recibir ‘carnations’. Cuando estudiaba en el Bucki, solo los de bachillerato podían hacerlo y yo solo hacia parte de los ‘grandes’ de primaria. Hoy, daría lo que fuera por poder ser parte de un Valentine’s Day.
Mientras navegaba la pagina del colegio, (creo que ni los mismos estudiantes del colegio entran a la página) pude ver las fotos de la Izada de Bandera para los de Once. Eso me dolió mas que nada. Me duele saber que el día que entre a mi ultimo año de colegio, no recibiré los emblemas del colegio, y tampoco recibiré un millón de cartas de todos los niñitos de Pre-Kinder, y que nadie me despedirá con una ola de pañuelitos blancos, así sean solamente “kleenex’. Me duele en el alma, saber que no seré parte del proceso de hacer el anuario de mi promoción, y peor aun, que no seré incluida en el. Me duele saber que no podré lucir mi chaqueta de once en frente de nadie, que así la compre, no tendrá el mismo valor. Me duele saber que el día de graduación, no podré estar ahí con aquellas personas que me acompañaron durante una gran parte de mi vida, quizás la parte más importante; y que al mismo tiempo me gustaría que algunos de ellos estuvieran para mi grado pero no será posible. Me duele en el corazón, saber que habrá una placa en el colegio con los nombres de todos aquellos de la Promoción del 2006 y que mi nombre no figurará en la lista. Me duele que habrán reuniones de exalumnos y yo no seré invitada. Mientras escribo esto, tengo la cara empapada en lágrimas. Me duele saber que mi presencia no tiene el mismo significado por lo que me tuve que ir. Hoy, más que nunca, daría lo que fuera por poder ser parte de todo esto.



P.D. It is increidible the amount of things that we take for granted. If you ever decide to do something, ask yourself “Is it worth it?”, “Will my decision make me happy?”. I’ve always said: Live your life to the fullest extent for you might not know when it’ll be gone for good.

Un saludo a todos los que leen esto a miles de kilómetros de mí y a los que leen esto cerca de mí. Un saludo a aquellos que hacen y que hicieron parte de mi vida, gracias por hacerla más feliz.. Los extraño y los recuerdo.

Class of 2006 – Aprovechemos este tiempo que nos queda. Este pasa rápido, y esto acabara mas rápido de lo que creemos.



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